domingo, 28 de febrero de 2016

Machismo interiorizado / ciencia-feminismo



A veces, consciente o inconscientemente, hacemos afirmaciones machistas. Hay quien niega la existencia del inconsciente pero... yo no creo que éste sea una mera invención. Una mente dormida en algún aspecto, puede hablar sin ser totalmente consciente de lo que está diciendo. Con esto no pretendo dar a entender que no debamos ser responsables de nuestras palabras ni de nuestros actos, sino que debemos ser prudentes a veces, y no viene mal actuar de forma espontánea otras. Lo importante es distinguir un tema delicado del que no lo es, al mismo tiempo que reflexionamos sobre nosotres mismes y nuestro alrededor. Asimismo, si alguien nos señala una actitud machista, no nos tomemos como un insulto lo que nos diga, decir algo machista no te hace machista sino continuar con dicha actitud. Cuesta darnos cuenta de dicho machismo, de ahí la frase siguiente:

<<Todo para las mujeres pero sin las mujeres>>
 A que os suena eso? Así de entrada resulta algo desconcertante... pero os aseguro que, si analizamos la frase, veremos que ocurre más de lo esperado. Y por qué comparar el lema "Todo para el pueblo pero sin el pueblo" con la mentalidad de algunas personas? A continuación os lo explicaré. 

Qué clase de hombre (con el significado de varón) está en contra de la 'ablación'? Cualquiera con el mínimo de sentido común para saber que eso es una auténtica barbarie. Pero... cuántos apoyan el feminismo? Es común oír a hombres quejarse de las feministas...
 ...esto me hace pensar que quieren igualdad... pero sin querer realmente que esta lucha sea liderada por quienes están sufriendo lo peor del machismo.
Da la sensación de que, por vivir en Occidente, aquí ya no hay machismo, es que son unas exageradas...
Si un hombre agrede a su pareja después de haberle dicho Te quiero, ahí detrás hay mucho más que sólo una discusión. Estamos ante un problema social, no afecta a casos aislados.




Esto ocurre debido al machismo interiorizado que, queramos o no, es algo que se nos enseña ya que nadie nace odiando. Nadie nace odiando a otras etnias/géneros/culturas/estéticas... Además, gracias a esta contradicción (apoyar el feminismo mostrando indignación hacia abuso a mujeres y estar en contra de este mismo movimiento pronunciando las feministas entre dientes) he podido reflexionar sobre el machismo interiorizado y la similitud existente entre la tensión feminismo-ciencia y ética-moral.

Sobre ésto último quizá sería mejor que hablase en otra entrada, pero como me gustaría haceros llegar lo que he pensado al respecto, os lo dejo por aquí ya:
La ética y la moral no son sinónimos, es más, están en constante enfrentamiento. De forma resumida podríamos definir la ética como la preservación del yo, y la moral como la preservación del grupo. Esto ocasiona que, unas veces se apoyen y, otras, una se encuentre en superioridad a la otra, llegando incluso a violar derechos humanos.

Volviendo al feminismo, éste puede estar de acuerdo con la ciencia en algunos aspectos pero no se basa en verdades científicas, sino éticas o morales. (Eso me ha hecho pensar que, un escéptico por ejemplo, sería incapaz de autodenominarse feminista(?) ) Y también, el feminismo mantiene un enfrentamiento con la ciencia ya que un movimiento que aboga por la igualdad de género no puede consentir nada que apoye (en el momento que ésto sucede) la superioridad de todo un género. Y, a pesar de todo esto, debo decir y aseguraros, que una persona puede estar a favor de la ciencia y del feminismo al mismo tiempo. Podría ser un tanto arriesgado afirmar que se necesitan mutuamente... pero lo realmente cierto es que, si queremos igualdad y avance científico, debemos buscar el equilibrio entre el feminismo y ciencia. Nadie vale menos por no ser un hombre, nadie. Por todo esto  no deben ser enemigas, sino aliadas.


Imagen de la portada de Ciencia y feminismo de Sandra Harding que trata este tema
Ciencia y feminismo es un libro que me gustaría leer, le he echado un vistazo y parece interesante. Por ahora no diré más sobre dicha obra, pero os animo a ojearla. Para concluir:


Antes de decir las feministas como algo peyorativo, infórmate sobre qué es el feminismo y, luego, piénsate dos veces si merece la pena infravalorar a tantas personas.




domingo, 14 de febrero de 2016

Color femenino



Estoy realmente segura de que si os propusiera que pensaseis en un color/en el color femenino, no habría duda de cual sería el primero que se os pasaría por la cabeza...

Un color. Éste se considera de chicas. Lo asociamos con lo femenino. Quien dijo que debía ser para ellas? Y cual era su razón?

Quisiera confesar algo: me resulta incómodo que se considere femenino mi aspecto... practicamente siempre llevo una prenda de este color, sí, pero...y qué? Me encanta. Lo llevo porque me gusta, siempre me ha gustado. Mi estética es considerada femenina y yo no me siento femenina, resulta un tanto irónico, no? Y por qué? Para mí es sólo un color más. Ni femenino, ni masculino, ni nada, uno más. Ni el concepto de femineidad va con mi cuerpo ni tampoco los colores deben tener género. Son colores que, con sus múltiples gamas, nos pueden transmitir diferentes sentimientos, sea cual sea nuestro género.



http://www.omicrono.com/2015/02/imagenes-con-todos-los-colores/

Y... citando por primera vez en la entrada el color al que nos referimos... ha sido siempre el rosa un color femenino?

En Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in America, la historiadora Jo B. Paoletti explica que en Estados Unidos no se usaron los tonos pastel para los bebés hasta la Primera Guerra Mundial: antes se optaba simplemente por el blanco. 
Los tonos pastel (tanto azul como rosa) también eran los habituales para los bebés europeos. Y cuando se diferenciaba, no siempre se seguía el critero actual. Los orfelinatos franceses utilizaban el azul para los niños y el rosa para las niñas, pero en Bélgica, Suiza y parte de Alemania era al revés. De hecho, Eva Heller explica en su libro Psicología del color que en Alemania esta distinción no nace hasta los años 20 y no se generaliza hasta los 70.
En Estados Unidos empieza a asentarse esta diferencia después de la Segunda Guerra Mundial. En 1927 Time publicaba un cuadro que detallaba cuál era la oferta preferente de colores en grandes almacenes estadounidenses, que también recoge Paoletti. Esta tabla refleja que el criterio todavía no estaba claro (aunque se estaba buscando uno). Eso sí, el 60% de los grandes almacenes prefería el rosa para los niños.  


Como decía un gran profesor mío "non hai razón profunda"... el azul para niño y el rosa para niña es algo establecido de forma arbitraria y, al ser algo que nos inculcan desde la infancia, se ve como algo normal sin más. La consecuencia es bastante obvia: los juguetes creados para público femenino llevan el color correspondiente al establecido; al igual que el azul, como su opuesto, va dirigido al público masculino... fomentando así los roles de género. Maletita (rosa) de maquillaje de mi hermana y maletín (azul) de herramientas de mi padre son cuentos que siguen estando en venta. Lo rosa y delicado para ella; lo azul y fuerte para él... basta con ir a una tienda de juguetes y observar el sexismo que aún hoy no ha desaparecido.



Lazo inquietante aparte, cual es la diferencia entre sus rostros? Son bebés gemelos, cada uno lleva una cinta de un color diferente. Y, aun tras haber luchado cuanto he podido contra los prejuicios que pueda tener, instintivamente asocio uno de los bebés con niña y el otro con niño.

La parte buena es que existen empresas (menos mal) que rechazan perpetuar los roles de género en sus anuncios de forma que salen niñes jugando con coches (no sólo niños) y lo mismo con muñecas, donde no ponen sólo a niñas. Por lo que poco a poco vamos experimentando cambios...

Cambios que poco a poco espero que valgan para que más gente abra los ojos y pueda ver que de nada sirve negarse a rechazar los prejuicios que tenemos interiorizados. Como se expone en Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez:
Dadme un prejuicio y moveré el mundo.